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Hentai: Metamorfosis y perversiones

En Occidente, consideramos que todo el material pornográfico (anime y manga) de origen japonés, con independencia de su contenido, es Hentai. Sin embargo, en Japón, el término Hentai no alude a una categoría general de pornografía, sino a toda conducta considerada «anormal», inusual o perversa, sea sexual o no, aunque también se utilice para distinguir, dentro de la pornografía, el subgénero caracterizado por mostrar conductas sexuales consideradas perversas o anormales.

Como explica Yoshihiro Watanabe, productor de anime del Studio Orange: «En la definición japonesa actual no usamos Hentai para representar anime, manga o juego específico, sino que nos referimos a la perversión, en general. El sexo no es Hentai, pero el sexo anormal sí lo es. Un estriptis no es Hentai, pero el streaking (correr desnudo por la calle o en eventos multitudinarios, como un partido de fútbol) sí lo es».

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Evolución del término Hentai

Como la mayoría de los vocablos japoneses, Hentai tiene un significado complejo para los occidentales, ya que es fruto de las peculiaridades de la cultura nipona. De hecho, las dos definiciones principales de Hentai en el diccionario japonés son: 1º Cambio de forma, apariencia o condición (como la luna y sus fases), reacciones químicas y físicas (como los estados del agua) y metamorfosis (como el proceso de transformación de oruga a mariposa); 2º Abreviatura de Hentai seiyoku (perversión sexual).

Y son precisamente, según Yoshihiro Watanabe, la multitud de significados y matices de esta palabra (en especial, el concepto de metamorfosis) lo que ha impulsado a artistas de distintos géneros a «juguetear» con ella (incluyendo a creadores de manga), explorando los límites del erotismo y de la realidad.

Al principio, el término Hentai, compuesto por el kanji Hen (que significa «cambio» y «extraño») y el kanji Tai (que puede traducirse como «apariencia» o «condición»), solo se empleaba para referirse a cambios de distinta índole, así como a situaciones que se consideraban extrañas o fuera de la normalidad, incluyendo trastornos psicológicos (como la histeria) y habilidades paranormales (como la hipnosis o la telepatía).

No fue hasta finales del siglo XIX y principios del XX, que el término comenzó a asociarse a lo sexualmente perverso, debido a la publicación en 1894 de Psychopathia Sexualis (Psicopatías sexuales), del psiquiatra alemán Richard von Kraft-Ebing. El título, traducido como Hentai seiyoku shinrigaku, originó el concepto de Hentai seiyoku como «deseo anormal o perverso» o perversión sexual.

En este libro, considerado uno de los primeros textos sobre los trastornos sexuales, Richard von Kraft-Ebing estableció cuatro categorías de desviaciones sexuales: paradoxia o deseo sexual en etapas vitales «equivocadas», es decir, en la infancia o en la vejez (puesto que el objetivo del sexo es la procreación); anesthesia o deseo sexual insuficiente; hyperesthesia o deseo sexual excesivo; y paraesthesia o deseo sexual «equivocado» o mal dirigido.

Von Kraft-Ebing incluyó en esta última categoría (paraesthesia) no solo la homosexualidad y la bisexualidad (que consideraba enfermedades mentales causadas por la herencia degenerada), sino también una amplia gama de fetichismos y parafilias, ejemplificadas con 45 casos reales (que en la edición de 1902 se elevaron a 238), como la pederastia, el travestismo, la necrofilia, el masoquismo o la podofilia.

La publicación de Psychopathia Sexualis suscitó una enorme controversia entre los profesionales (en especial, psicólogos y psiquiatras), que comenzaron a discutir en artículos publicados en periódicos y revistas qué debía entenderse como «perversión sexual o sexualidad perversa» y si conductas propiamente japonesas como el shinjū (dobles suicidios de amantes) y parafilias como el sadismo lo eran.

Revistas pulp japonesas o Kasutori

Paralelamente, la cultura underground que emergió tras la Segunda Guerra Mundial se rebeló contra los valores conservadores japoneses tradicionales, impulsando la liberación sexual, el hedonismo y el nihilismo, a través de expresiones artísticas como las Kasutori Magazines (revistas Kasutori), llamadas así por un licor barato de arroz que tenía fama de desatar las más bajas pasiones.

Las revistas, impresas en papel de pulpa de mala calidad (por lo que recibieron el sobrenombre de revistas pulp japonesas), eran una amalgama bizarra de artículos sexuales, relatos de diversos géneros (ciencia ficción, terror, crimen, erotismo…) e ilustraciones en las que se combinaban lo erótico (y sexualmente explícito en muchas ocasiones), con lo extraño, grotesco y perverso.

A pesar de la censura, tanto por el gobierno japonés como por el estadounidense que ocupaba el país, las revistas Kasutori se mantuvieron en la cultura underground y evolucionaron a lo largo de los años a revistas en papel de mejor calidad (que permitía incluir fotografías eróticas), siendo el germen de otras manifestaciones como el softcore y el manga erótico, precursores del Hentai actual.

Fuentes:
Mark McLelland, A Short History of Hentai.
Rob Gowers, Strange, Sexy and Salacious. Exploring Japan’s Post-War Kasutori Magazines.
Mark McLelland, Sex and Censorship During the Occupation of Japan, The Asia-Pacific Journal, Vol 10, Issue 37, No. 6, September 10, 2012
Richard von Krafft-Ebing, Psychopathia Sexualis. Internet Archive

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