Bienestar sexual

El síndrome de la vagina muerta: «Los vibradores matan»

De mano de los creadores de «Si te masturbas, te saldrán pelos en la palma de las manos», «Una felación cura la depresión de las mujeres» y «Con el Jelqing te crecerá la polla 10 cm», llega a sus pantallas «Los vibradores matan a tu vagina». Una historia de erotismo, crimen y horror patrocinada por tres estudios malinterpretados y la magia del boca a boca. Pasen y lean.

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¿Qué es el síndrome de la vagina muerta?

Tras leer decenas de artículos y comentarios en las redes hablando del síndrome de la vagina muerta, podría definirlo como un trastorno que sufren algunas mujeres que abusan del uso de vibradores. Los síntomas son un adormecimiento de la vagina o pérdida de sensibilidad vaginal que dificultan que la mujer sienta placer cuando tiene relaciones sexuales y que  puede llegar a eliminar su posibilidad de experimentar orgasmos.

Los defensores de este síndrome aseguran que aunque es una afección muy rara, hay estudios científicos que corroboran su existencia. En algo tienen razón: es una afección tan sumamente rara que, directamente, no existe. Según The International Society for Sexual Medicine (Sociedad Internacional de Medicina Sexual): «Algunas mujeres afirman que el uso de vibradores hace que sus terminaciones nerviosas vaginales se amortigüen, dejándolas incapaces de alcanzar el orgasmo. Sin embargo, la mayor parte de la información sobre el síndrome de la vagina muerta se limita a historias virales en Internet. Los científicos no han investigado ampliamente la afección y las afirmaciones no están respaldadas por estudios médicos.  A veces, las mujeres notan una disminución de la sensibilidad genital después de usar un vibrador, pero los efectos generalmente son temporales».

Vibradores 1; Vagina 0

Suelen citarse tres estudios científicos para defender la existencia del síndrome de la vagina muerta: Prevalence and characteristics of vibrator use by women in the United States: results from a nationally representative study; Clinical and research concerns with vibratory stimulation: a review and pilot study of common stimulation devices y Application of vibration to wrist and hand skin affects fingertip tactile sensation.

Para la elaboración del primero, publicado en 2009 en el Journal of Sexual Medicine y que podéis leer aquí, los investigadores Debra Herbenick, Michael Reece, Stephanie Sanders, Brian Dodge, Annahita Ghassemi y J Dennis Fortenberry encuestaron a 2056 mujeres estadounidenses de entre 18 y 60 años para determinar si usaban vibradores y su experiencia con ellos. Del 54,1% que respondió que sí los usaba, alrededor del 17% notificó que había sentido un leve entumecimiento genital tras su uso, que desapareció en una hora, y de ese porcentaje, solo el 0.05% reportó que había durado más de un día.

De hecho, el informe resaltó las ventajas del uso de los vibradores, pues sus usuarias tenían «una probabilidad significativamente mayor de haberse sometido a un examen ginecológico durante el último año y de haberse realizado un autoexamen genital durante el mes anterior». Además, «el uso de vibradores se relacionó significativamente con varios aspectos de la función sexual (es decir, deseo, excitación, lubricación, orgasmo, dolor, función general) y las usuarias recientes de vibradores obtuvieron puntuaciones más altas en la mayoría de los dominios, lo que indica una función sexual más positiva».

Para la elaboración del segundo, que podéis leer aquí, Nicole Prause ,Verena Roberts,Margaret Legarretta y Liva M. Rigney Cox probaron «siete vibradores utilizados para la estimulación sexual utilizando un acelerómetro piezoeléctrico montado en su carcasa para cuantificar la frecuencia, el desplazamiento y la aceleración de cada uno», «con el objetivo de identificar el vibrador apropiado para diferentes propósitos y pacientes».

Tal y como explican las investigadoras, aunque los vibradores se utilizan con objetivos terapéuticos (como, por ejemplo, tratar disfunciones sexuales y afecciones del suelo pélvico), sus parámetros concretos se desconocen generalmente. Tras analizar los siete vibradores, el equipo de científicas concluyó que: «La gama sugiere que los vibradores utilizados en estudios de laboratorio podrían aumentar en gran medida su estimulación, mientras que algunos dispositivos en realidad pueden disminuir la sensibilidad sexual temporalmente».

En cuanto al Síndrome de la vagina muerta, Nicole Prause, neurocientífica y psicofisióloga sexual, líder del estudio, declaró que no hay datos en firme que respalden las afirmaciones sobre su existencia: «Lo que las mujeres pueden notar es que si intentan cambiar a una estimulación de menor intensidad, después de una vibración de alta intensidad dentro de la misma sesión de sexo, esa estimulación va a ser menos efectiva, pero nada más».

Vibradores 1/ Mano 0

Los defensores del Síndrome de la vagina muerta citan Application of vibration to wrist and hand skin affects fingertip tactile sensation, de Kishor Lakshminarayanan, Abigail W Lauer, Viswanathan Ramakrishnan, John G Webster y Na Jin Seo, afirmando que como este revela que la aplicación de vibraciones en las manos durante un tiempo, insensibiliza la zona, este fenómeno puede repetirse en la vagina.

Maticemos. Este estudio, que podéis leer aquí, parte de otro que mostró «que la sensación táctil de las yemas de los dedos puede mejorar aplicando una vibración imperceptible de ruido blanco en la piel de la muñeca o el dorso de la mano en pacientes con accidente cerebrovascular». Este estudio examinó más a fondo este comportamiento al investigar el efecto de la vibración de ruido blanco tanto imperceptible como perceptible aplicada a diferentes lugares dentro de la extremidad superior distal en la sensación táctil de las yemas de los dedos en adultos sanos. En 12 adultos sanos, se aplicó vibración de ruido blanco en una de cuatro ubicaciones (dorso de la mano junto al segundo nudillo, áreas tenar e hipotenar y muñeca volar) a una de cuatro intensidades (cero, 60%, 80% y 120%) del umbral sensorial para cada ubicación de vibración, mientras que la sensación de la yema del dedo, la señal vibratoria más pequeña que podría percibirse en las yemas de los dedos pulgar e índice, se evaluó. Las intensidades de vibración afectaron significativamente la sensación de la yema del dedo (P <0.01) de manera similar para las cuatro ubicaciones de vibración. Específicamente, la vibración al 60% del umbral sensorial mejoró la sensación táctil de la yema del dedo índice y pulgar (P <0.01), mientras que la vibración al 120% del umbral sensorial degradó la sensación táctil de la yema del dedo índice y pulgar (P <0.01) y el 80% la vibración no cambió significativamente la sensación de la yema del dedo (P> 0.01), todo en comparación con la condición de vibración cero. Este efecto con intensidad de vibración se ajusta al comportamiento de resonancia estocástica. La falta de especificidad para la ubicación de la vibración sugiere que la vibración de ruido blanco afecta el procesamiento neuronal de nivel superior para la detección de la punta de los dedos.

Como declara Leah Millheiser, directora del Programa de Medicina Sexual Femenina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, para el medio Women’s Health, el síndrome de la vagina muerta es «un titular inventado sensacionalista y no está respaldado por la ciencia». «La idea de que podrías terminar adormeciendo los nervios de tu vagina y no poder tener un  orgasmo  es absolutamente falsa».  Y añade: «Cualquier entumecimiento que pudieras experimentar en una sesión maratónica con tu vibrador favorito desaparecería rápidamente. Los nervios volverán a la normalidad. Si experimentas algún entumecimiento, simplemente tómate un descanso.

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