Sexo anal

Porno anal o cómo disfrutar del sexo anal profesional en pareja

Voy a hablaros de porno anal. De cómo hacerlo en pareja para que ambos disfrutéis de los placeres de un sexo anal experto, casi tan profesional como los que os excitan de los vídeos xxx o esas películas porno. Sí, esas películas que la mayoría vemos.

¿El griego es vuestra pasión? Leed este breve recorrido por los mejores consejos para llevarlo a cabo, con ciertos niveles de perversión para que resulte exquisito. Además, incluyo un apartado para el pegging y una variante muy moderada de los entrenamientos de ass gaping o ensanchamiento anal. ¿Preparad@s?

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Sexo anal

Estoy convencida de que el sexo anal puede ser tan sensual como intenso y orgásmico para ambos, si nos lo planteamos como réplica razonable de ese imaginario grabado en millones de vídeos porno.

La primera experiencia anal

En primer lugar, debemos entender que el griego no tiene por qué ser agradable para todos ni para todas. Esta perogrullada no es tan obvia como parece, y es precisamente lo que me hace insistir en que cualquier práctica sexual, para ser realmente sexual, erótica, agradable, e incluso, para poder desarrollar fantasías que jamás se han materializado, ha de ser –por supuesto– consentida, hablada y, sobre todas las cosas, libre de hacerse cuando a los miembros de la pareja les apetezca.

Por muchas razones, y en no pocas ocasiones, la primera experiencia anal ha provocado un dolor tal, que la persona en cuestión no se ha atrevido a repetir hasta años después. O aún peor, ha generado tal miedo al sexo anal, que jamás volvió a repetir. Por eso, con todo lo que trate sobre el erotismo y la intimidad, pero, sobre todo, cuando estos vienen por la puerta de atrás, os sugiero que dupliquéis las dosis de delicadeza. Hacedlo por amor al placer.

Porno anal o cómo disfrutar el sexo anal profesional en pareja

Si ya habéis tomado la saludable dinámica de contaros vuestros sueños húmedos y de compartir las escenas pornográficas que más os excitan, y resulta que os encontráis en la misma sintonía en lo que a porno anal se refiere, entonces, hete aquí algunos consejos que pueden convertiros en los protagonistas de vuestra propia película, sin poner un pie fuera de vuestra casa.

Existe una pléyade de ardides para ejecutar un sexo anal majestuoso, pero lo cierto es que algunos de ellos conllevan riesgos para vuestro bienestar. Por mi parte, me centraré en los que son razonables, es decir, los que no suponen peligros y pueden incrementar el gozo.

Consejos y trucos para un porno anal agradable

Consejos como no comer en las 5 horas previas o haber evacuado antes de las 3 horas anteriores se pueden llegar a entender como razonables, pero bajo estos subsiste una falsa concepción del sexo anal: el porno nos suele mostrar una práctica límpida, pura, espléndidamente estética. Pues bien, esto no siempre se consigue. Y es que el hecho de amar el sexo anal, coexiste con la necesidad de aparcar ciertos escrúpulos. Algo tenía que tener de malo uno de las prácticas más morbosas para la humanidad…

Una cuestión de frecuencia

No se trata exactamente de «ser más flexibles»; recordemos que los esfínteres son músculos con forma de anillo, cuya función es dejar paso a la materia, impidiendo, al tiempo, su retorno. Si bien, no dejan de ser músculos, y como tales –digámoslo así– podemos «acostumbrarlos» a ejercicios específicos.

De este modo, se suele cumplir la hipótesis: a mayor cantidad de sexo anal, menor dolor para el receptor (y para el dador). Y, como consecuencia, incrementamos las posibilidades y la intensidad del placer.

La divina lubricación y los plugs

¿Estáis a solas esperando a que vuestra pareja regrese para practicar el griego más pasional? Lubricante, lubricante, lubricante. Hidratad el ano alrededor de 15-20 minutos antes de vuestra cita, poco a poco, desde afuera hacia adentro, con mucho lubricante a base de agua. Se podría decir que esto es, en sí, una variante razonable de los ejercicios de ass gaping.

Más o menos, en unos 5 minutos de lubricación notaréis que dilatáis perfectamente. En ese momento, podéis insertar un plug o un vibrador anal a baja intensidad, mientras estimuláis el resto de vuestras zonas erógenas preferidas, a la espera de su llegada.

Pi es el número perfecto por algo…

Tanto si estáis usando juguetes eróticos, como si no, los círculos son el modo más popular, agradable y sencillo de masajear el ano y el recto. Siempre desde el exterior hacia el interior, con suavidad para ganar confianza con las sensaciones.

Vivo con mi pareja

Si pasáis todos los días bajo el mismo techo, vuestras parejas tienen que entender que el porno anal, un sexo anal tipo «aquí te pillo, aquí te mato», requiere de unos preparativos mínimos. Es decir, tiene dos opciones: a saber, os deja un tiempo para que os acomodéis o invierte ese tiempo en acomodaros.

Esta última opción posee, además, múltiples posibilidades eróticas que van desde una breve estimulación para facilitar la dilatación hasta un masaje tántrico anal o tantra anal. Muy lentamente, y con aceites esenciales y lubricante, para relajar el cuerpo, estimularlo, dilatarlo y penetrarlo.

Pegging 

Para profanos en la materia, el pegging es la utilización de un strap-on (también buscado como strapon o estrapon), que consiste en un dildo o masturbador sujetado mediante un arnés, para proveer –normalmente– sexo anal. Generalmente, se utiliza por mujeres tanto en relaciones heterosexuales como lésbicas, aunque también hay hombres que enfundan su pene en un molde distinto o incluso disfrutan vistiendo un «segundo pene».

Pues bien, en el caso de que el receptor sea el hombre, lo más recomendable es usar un dildo cuya punta se arquee ligeramente hacia arriba, para estimular con mayor facilidad su próstata. También se pueden utilizar plugs anales vibradores, encendidos o apagados, para conseguir el mismo efecto híper placentero e intenso. En el escenario mujer-mujer, depende aún más de los gustos específicos, pero, por regla general, un dildo o vibrador corto y sin relieve suele ser más apetecible.

Y no os olvidéis elegir los arneses más cómodos, y también sensuales. Los hay de todos tipos, para mujeres y para hombres: de tres tirantes (atado a la cintura, con dos tiras para cada pierna), arneses dobles (parecidos a los tangas, con el tirante entre las piernas), corset con arnés, arneses huecos para el pene, e incluso, arneses dobles sin correas (dildos y vibradores dobles para usarlos al mismo tiempo en pareja).

Porno anal casero

¡Excitación! Si tuviese que resumir qué es lo más importante para deleitarse con el sexo anal más desinhibido, sería la excitación.

Frecuencia, lubricación, dilatación suave y paciente, plugs anales sedosos y relajación son los antecedentes necesarios al precedente libidinal suficiente, para deleitarse de una forma más pasional; digámoslo sin tapujos, de un modo más atávico.

Ahora sí podemos entrar en nuestro propio porno, con embestidas gradualmente más potentes, que aumenten el ardor y provean, al tiempo, más alimento a nuestra disparada libido. Porque la seguridad y la salud no tienen por qué estar reñidas con un sexo más duro. Y este, nos guste o no, es sobre el que descansa gran parte de los guiones pornográficos.

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