Nuestra experta en suelo pélvico, Vanessa Pazos, da respuesta a las 5 preguntas más frecuentes sobre las bolas chinas y los ejercicios de Kegel. Desde cómo son y para qué valen, hasta el diámetro, el peso y el modo de colocarlas. Todo con claridad y concisión para que no te pierdas en ningún momento.
Sigue leyendo…
Las 5 dudas más frecuentes sobre bolas chinas
-
¿Qué son las bolas chinas?
Las bolas chinas son, en realidad, esferas (en plural) que contienen una bola de menor diámetro dentro de la que vemos. Su objetivo es activar la musculatura por las vibraciones que produce en la esfera el movimiento de la bola interna. Así, se activan los receptores de vibración y movimiento, casi como un acto reflejo, consiguiendo que contraigamos la musculatura de la zona, para poder sujetarla.
-
¿Para qué me valen?
Te valen para mejorar el tono (capacidad de contracción en estado de reposo y de manera pasiva y continua) y la fuerza de la musculatura.
Pero, por supuesto, también son objetos de placer. Aunque suele ocurrir que las personas que las usan para tratamiento, no suelen asociarlas al placer. Erotizarlas puede hacer su uso más divertido, no solo en la alcoba, también mientras bailas o trabajas, por ejemplo…
-
¿Uso una o dos esferas?
El número de esferas tiene que ver con lo que se pretenda conseguir.
Has de tener en cuenta varios factores:
- El diámetro: es muy importante porque, en primer lugar, tiene que darte seguridad. Hasta no hace mucho tiempo, los diámetros eran exagerados. Con la oferta actual, encontrarás varias medidas para seleccionar la que más te convenga. Eso sí, has de tener en cuenta que el diámetro sea el suficiente para poder sujetarlas.
- El peso: en un suelo pélvico con la musculatura débil, es importante que empieces de menos a más, para que no se caigan y también para que hagas los ejercicios de manera progresiva. Y sobre todo, para motivar: no te frustres, hazlos paso a paso. Con las bolas LELO Beads tienes la gran ventaja de poder combinarlas: puedes usar una o dos, con los mismos o diferentes pesos (indicados por el color) para ir haciendo un tratamiento gradual de esta musculatura.
- El objetivo del tratamiento: se trata de hacerlos de manera progresiva. Y para ello, testar las bolas es fundamental para el ajuste de tiempos de trabajo y pesos. Usar dos bolas no significa ir más rápido. También, hay personas a las que introducirse dos les genera ansiedad; si es tu caso, puedes jugar con pesos y tiempos sin necesidad de forzarte a usar dos. Por esto, el primer y más importante paso de un tratamiento con bolas chinas es que quieras usarlas.
-
¿Dónde y cómo me las pongo?
Tienes que comprar unas bolas que te gusten, que te resulten atractivas. También es recomendable que te hagas con un lubricante de base acuosa para facilitar la introducción, sobre todo, en las primeras veces.
Se les pone un poquito de lubricante; con cubrir la yema de un dedo será suficiente. Si te ofrece más seguridad echar más, está bien, pero ten en cuenta que las bolas pueden resbalarse. Si usas abundante hidratación y se caen, puede que sea por esta razón y no por una baja tonicidad de tu suelo pélvico.
Con una mano, abre los labios y, con la otra, empujas la esfera con un dedo, como si fuera una copa menstrual o un tampón. Sabrás que están bien introducidas cuando solo se vea el cordón de retracción.
Si introduces dos bolas, tienes que sentirte cómoda. La que se ubique en el primer tercio de la vagina, donde se concentra la sensibilidad, puede estar mal colocada y resultarte molesta. Así que, lo importante es que las introduzcas correctamente para, después, valorar tus sensaciones y decidir si usas una o dos.
-
¿Qué voy a sentir?
Pues notarás que las llevas puestas; al fin y al cabo es un “objeto extraño” que produce un efecto de vibración. Nunca debes sentir molestias. Y sí, cabe el placer, pues con el movimiento y el roce puede que empieces a lubricar y a excitarte. ¿Por qué no aunar salud y placer?
Sigue leyendo en Kegels y bolas chinas