BDSM

El efecto explosión

En el artículo dedicado a los tipos de instrumentos que pueden utilizarse para dar nalgadas o chicotazos os expliqué que, atendiendo a la sensación física que percibe el azotado o spankee, suele distinguirse entre la picadura y la explosión. La principal diferencia entre ambos es que un azote picadura (también llamada picotazo, quemazón o mordedura) se percibe como un dolor intenso, ardiente y cortante en la superficie de la piel, mientras que un azote explosión se percibe como un impacto seco, rotundo, duro, profundo y penetrante por debajo de las capas superficiales de esta.

Para que te quede aún más claro: seguro que de pequeño algún niño te hizo la trastada de darte un latigazo en el culo con una goma a modo de tirachinas y algún familiar te arreó una nalgada con la mano o una zapatilla porque te portaste mal. ¿A que el dolor físico que te causaron era distinto? Pues bien, esa es la diferencia. ¿Y qué determina que un instrumento cause uno u otro efecto? Superficie azotada y velocidad del azote.

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El efecto explosión

Superficie y velocidad

Ambos factores, que están íntimamente relacionados, se ajustan a las siguientes reglas: «A mayor superficie, mayor impacto», «A menor velocidad, mayor impacto»; y tanto uno como otro dependen de las características del instrumento y del modo en el que se utiliza.

Instrumento

Los objetos apropiados para producir explosión son anchos, pesados, rígidos y compactos. Anchos, porque cuanto mayor sea la zona de impacto, mayor será la disipación de energía, ya que la presión se repartirá de manera uniforme por toda la superficie; y rígidos, compactos y pesados porque a mayor masa, mayor fuerza y, por lo tanto, mayor potencia. Estas características también influyen en la velocidad, porque un instrumento que las posea presenta mayor resistencia al aire, reduciendo la rapidez del azote.

Siguiendo con el ejemplo del tirachinas y el zapatillazo: como la goma es fina, flexible, ligera y veloz, cuando sentías el latigazo, dabas un respingo por el dolor mordiente que sentías, no por el impacto en sí; sin embargo, como una zapatilla es (en comparación) más compacta, ancha, pesada, lenta, cuando recibías la nalgada, el impacto solía desplazarte un poco hacia adelante y no el dolor en sí, porque lo percibías pasados unos segundos.

Modo de azotar

Las características del instrumento son muy importantes a la hora de provocar una sensación u otra, pero también influye el modo en el que se azote con él, de ahí que pueda conseguirse explosión con algunos instrumentos de picadura y viceversa. En principio, la explosión se logra dando un golpe seco, firme, rotundo y contundente. Cuanto más lento sea el movimiento y mayor sea la distancia entre el objeto y el área a azotar, mayor resistencia presentará al aire y mayor será la rotundidad del impacto. Y viceversa, cuanto más cerca esté el instrumento de su objetivo y más rapidez imprimas al movimiento del brazo o muñeca, mayor será el efecto de picadura. Obviamente, por mucho que lo intentes, nunca conseguirás que un flogger cause la explosión de una paleta de madera rígida, pero puedes matizar el efecto de algunos instrumentos como, por ejemplo, una zapatilla o una cuchara.

Para que te quede aún más claro: imagina la escena como si estuvieras dando una nalgada a cámara lenta; tu brazo está alzado en el aire muy lejos del culo, se acerca deespaaacioooo, impacta en el glúteo y se queda ahí pegado a la piel, concentrando toda la energía que explota haciendo vibrar la carne en ondas concéntricas; ¡enhorabuena!, un azote de explosión digno de los bofetones de Bud Spencer. Ahora, imagina lo contrario: extiendes la palma de la mano y la pones de canto, la acercas a la nalga que se eriza temblorosa y la azotas con las puntas de los dedos con la celeridad de un rayo; ¡enhorabuena!, un azote de picadura digno de Terence Hill.

Instrumentos de explosión

Los instrumentos de explosión más habituales son la mano, la zapatilla, (grado de dolor de 1 a 4); el cepillo de pelo, la cuchara de madera, la pala de ping pong o paddle (grado de dolor de 5 a 7); la paleta rígida y la perforada (grado de dolor de 8 a 10). Como ya te he hablado de los tres primeros en otros artículos, y siguiendo la clasificación por intensidad de dolor, en este te explicaré cómo utilizar la cuchara de madera y la raqueta de ping pong.

Cuchara de madera

La cuchara de madera es un instrumento muy apreciado por los amantes del bricosado por ese encanto de los objetos caseros aparentemente «inocentes» que pueden ser utilizados de un modo «perverso». Cuenta con la ventaja de poder emplearse también para provocar mordedura porque no es pesada y tiene un mango largo que permite realizar movimientos con la muñeca que le imprimen mayor velocidad al azote; aunque al ser rígida y acabada en una cabeza cóncava relativamente ancha, el picotazo es menos intenso que el causado por un instrumento específico de picadura como un cinturón.

El mayor peligro que presenta es precisamente esa cabeza cóncava de tamaño pequeño, porque la fuerza del impacto no se reparte de manera uniforme y afecta a capas más profundas de la piel; para minimizar el riesgo, evita golpear en el mismo punto varias veces.

Aunque todos tengamos una cuchara de madera para remover las cocochas o las lentejas, haz el favor de no utilizarla para azotar (por higiene, ya sabes). Mejor compra una de madera (insisto en el material porque las metálicas son un arma de destrucción masiva) y con buen acabado (para evitar que se astille) para dedicarla solo al noble arte del spanking.

Pala o raqueta ping pong

La pala de ping pong o paddle (no confundir con la raqueta de pádel) también cuenta con dos partes, mango y hoja, pero con diferencias que influirán en el azote:

  • Menor efecto de picadura porque el mango es más corto y la hoja es más ancha, aunque puedes lograr un sutil efecto de mordedura si el material es flexible porque presentará menor resistencia al aire.
  • Menor riesgo de lesiones internas porque al ser una hoja más ancha y lisa, la fuerza del impacto se repartirá mejor por la superficie. Además, aunque algunas palas son de madera sin recubrir, la mayoría está fabricada en madera acolchada con una esponja recubierta de goma que absorben y disipan la energía del impacto.

Puedes encontrar muchas palas o paddle para practicar spanking en tiendas especializadas, pero como suelen ser de madera (provocan un dolor más intenso) y eres principiante, te aconsejo una de ping pong con buen acolchado (reduce el impacto), goma de buena calidad (por las alergias), lisa (los picos hacen pupa en el culete) y un mango cómodo (el spanker lo merece).

Dónde dar azotes explosivos

En los glúteos, porque están cubiertos de una capa de grasa y su musculatura no protege a ningún órgano susceptible de lesión. Más concretamente en el centro DEL glúteo, porque ENTRE los glúteos puedes lesionar el coxis; y en el CENTRO, porque si golpeas en los laterales, parte baja de la espalda o cerca de los muslos puedes lesionar el nervio ciático, las lumbares, los riñones o los genitales.

De todos modos, aunque la nalga tenga una capa de grasa más o menos gruesa y en los azotes de explosión la presión se reparta de manera uniforme por toda la superficie, recuerda que el impacto entumece los nervios y se ralentiza la percepción del dolor, a lo que se suma que el impacto en la misma zona aumenta el efecto acumulativo en las capas profundas de la piel potenciando las lesiones vasculares. Resumiendo y en cristiano: un culo no es una estera: no golpees repetidamente en la misma zona, controla la potencia del impacto y usa la cabeza.

Consejos finales

Tanto si utilizas una cuchara como una pala, practica contra un objeto (como una almohada) para aprender a manejar el instrumento y afinar la puntería.

Entre todas las posturas para dar nalgadas o chicotazos que os expliqué en este artículo, os recomiendo «Sobre el regazo o la falda» porque es más cómoda para principiantes, el culo queda bien expuesto y la distancia permite calcular bien el azote.

Azotar es como echar un polvo: mejor con preliminares. No empieces a dar chicotazos sin calentar primero a tu spankee y a su culete: amasa el glúteo con las manos, dale palmaditas suaves, pellizcos juguetones… así estimularás el riego sanguíneo y reducirás el riesgo de moratones.

Recuerda las tres reglas básicas del spanking: acuerdo, castigo y cuidado posterior o aftercare. Jamás debe omitirse ninguna de estas reglas, al igual que tampoco las básicas de cualquier relación sexual, íntimamente relacionadas con estas: sexo sano, seguro y consensuado.

En cuanto a la palabra de seguridad, podéis añadir una referente al grado personal de dolor experimentado con cada nalgada. Es decir, tras recibir una, el spankee puede pronunciar un número del 1 al 10 clasificando el dolor que ha sentido; de este modo, el spanker podrá calibrar mejor los efectos de cada tipo de azote que propine y actuar según el acuerdo fijado entre ambos.

Hasta aquí mis consejos para un spanking «explosivo». ¿Conoces alguno que se me haya escapado? Te leemos en los comentarios.

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