Sexo anal

«Pegging»: El qué, el cómo y el porqué

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Pegging, por regla general, es un término que se refiere a una cismujer penetrando analmente a su pareja masculina y heterosexual. Pero, como veremos, ni tiene que ver con la sexualidad ni con el sexo. El pegging se puede practicar por todos.

¿Qué es el pegging?

Aunque el término «pegging» fue acuñado en 2001 como parte de una votación en el blog del periodista Dan Savage, está claro que la práctica se remonta mucho más atrás en el tiempo. De hecho, podéis encontrar la referencia en El almuerzo desnudo de Bourroughs, novela publicada en 1956.

Desde entonces, hemos visto a Raquel Welch en una violenta escena de pegging en la película Myra Breckinridge, proyectada en los años 70. Y, a partir de entonces, la imagen del pegging trascendió desde la pornografía a las series de culto. Endulzada con tintes de humor o simplemente naturalizada como práctica sexual, desde la hermana de Tony Soprano, hasta el día a día íntimo de Frank Gallagher, en toda una temporada de Shameless.

El pegging, como decíamos, suele contener la imagen de una mujer heterosexual, proveyendo sexo anal a su también heterosexual pareja. Pero es, sin duda, una práctica que va más allá de la sexualidad y los sexos. De hecho, incluso hay arneses preparados para que los hombres puedan portar un segundo pene.

¿Cómo se practica sexo con arneses?

Puedes ver todos los tipos de arneses en el apartado Pegging o strap-on anal en nuestro artículo Porno anal o cómo disfrutar del sexo anal profesional en pareja.

Con respecto a las posturas sexuales, evidentemente, depende de las que más os exciten y más comodidad encontréis, pero recomendamos el clásico perrito porque otorga un mayor control de la penetración. Además, si en vez de un dildo, usáis un vibrador anal, podréis masturbar a vuestra pareja mientras el juguete erótico cumple con su función de estimulación. La ventaja es que podréis usarlos en mínima potencia a modo de agradable masaje anal, o a la máxima intensidad para procuraros los mejores orgasmos.

¿Por qué una mujer querría hacer pegging?

Puede que la primera imagen que se nos aparezca en la mente es la de la mujer que quiere dominar a su pareja; incluso en ese supuesto rol vengativo que equilibre la constante pornográfica de solo mostrar sexo anal, cuando quien lo recibe es una mujer. Pero lo cierto es que los tiempos han cambiado, y la mayoría de las mujeres que practican y aman el pegging es porque saben lo que de placentero puede tener el sexo anal.

Además, la excitación se duplica gracias a las posibilidades y comodidad que nos ofrecen los arneses y vibradores específicamente diseñados para incrementar el placer anal.

¿Por qué un hombre querría practicar pegging?

Por supuesto, también por representar aquellas fantasías, en este caso, de sumisión. Pero, ante todo, porque los hombres conocen los beneficios, en términos de salud y placer, que tiene el masaje de próstata. Y si esos intensísimos placeres los obtienen directamente del coito con sus parejas, no solo crecerá la complicidad, sino que el gozo se quintuplicará. Y es que la relajación en el sexo anal es fundamental.

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