Películas eróticas

Tasso (des)monta la película: Emmanuelle o la moda de los (incómodos) sillones de mimbre

No sé cuántos de vosotros habéis visto la película. Lo que sí sé casi a ciencia cierta es que todos conocéis el título de este largometraje y sabéis que se trata de un film del género erótico. Ahora bien, es muy difícil hacer una crítica, en 2018, de Emmanuelle, que se estrenó en las grandes pantallas en 1974. Primero, porque ya se ha escrito hasta la saciedad sobre la película. Y luego, porque a pesar de su enorme éxito, nos encontramos en dos contextos completamente diferentes: los setenta del siglo XX y la época de la liberación sexual y el 2018 del siglo XXI, con movimientos feministas que han calificado la película de “misógina” (y a veces, con razón).

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Película erótica: Emmanuelle

Tráiler

Sinopsis

Emmanuelle (la actriz Sylvia Kristel), una mujer joven y acomodada, se reúne con su marido, Jean (Daniel Sarky), un diplomático que desempeña sus funciones en Bangkok.

Una vez en Tailandia, Emmanuelle, presa del aburrimiento, usa a su antojo la total libertad que su marido le deja. Un día, conoce a dos mujeres jóvenes que la inician en los juegos del amor sáfico y el sadismo moderado. Más adelante, se encuentra con Mario (Alain Cuny), profesor de erotismo afamado en Tailandia, que le hará descubrir todo un abanico de placeres. Aprenderá a materializar sus fantasías sexuales más secretas, animada, eso sí, por su esposo.

La película está basada en el libro del mismo nombre que escribió (o al menos firmó) Emmanuelle Arsan, pseudónimo de Marayat Rollet-Andriane, una novelista francesa de origen tailandés. En 1959, la novela fue distribuida clandestinamente en Francia sin el nombre de la autora. Aunque la novela a veces parece casi autobiográfica, se descubrió que, en realidad, el autor fue el marido de Emmanuelle (Marayat), el diplomático Louis-Jacques Rollet-Andriane.

¿Por qué obtuvo tantísimo éxito?

La verdad es que el erotismo que encontramos en la película es bastante banal, muy light, al estilo “sexo en Marina d’Or, ciudad de vacaciones”, pero en Asia y con bonitas imágenes exóticas. El personaje femenino evoluciona en un universo de postales y no tiene otra cosa que hacer que jugar al tenis y acumular amores efímeros. La propia protagonista, la actriz holandesa Sylvia Kristel, diría unos años más tarde que su personaje no tenía ninguna consistencia.

Una de las razones del éxito de la película es sin lugar a dudas la censura. Antes de su estreno, fue prohibida por la Comisión de Vigilancia francesa de la época, por varias y curiosas razones. La primera, por “las orgías”. Es cierto, hay escenas de sexo en grupo. ¡En fin! La segunda razón por “acoplamientos anormales”. Esto es un poco más ambiguo: ¿de qué se trataba? ¿De escenas homosexuales entre mujeres o, más bien, de relaciones sexuales interraciales? Así que, al final, la película obtuvo la clasificación X (pornográfica, literalmente) y ya se sabe… Basta advertir de cierto contenido “inadecuado” para que todo el mundo quiera verla. Hoy en día, sin embargo, escandalizan más las razones de la Comisión que las propias prácticas sexuales.

Las escenas que generaron más escándalo

Dos escenas, en particular, son (o fueron) emblemáticas. Una escena de sodomía (sexo anal, decimos hoy en día), simulada, eso sí. Y otra segunda muy famosa, la “secuencia del cigarrillo”: un número de cabaret protagonizado por una bailarina  (la famosa escena en el «Mile High Club») que fuma un cigarrillo por un orificio no concebido a tal efecto (no entraré en más detalles). Algunas partes de estas dos escenas fueron eliminadas por la censura y, gracias a estos cortes en post producción, la película ya salió con cierto perfume a escándalo.

Emmanuelle se ganó una fama cuanto menos dudosa. Los críticos de cine franceses dijeron que la película había llegado efectivamente muy lejos, pero que tampoco era buena. Y, de otro lado, a pesar de su clasificación X, Emmanuelle es mucho menos explícita que otras películas que se estrenaron en la misma época. Baste, por ejemplo, recordar que el mismo director, Just Jaeckin, estrenó un año más tarde Historia de O, una película bastante más explícita. Podéis leer un artículo muy interesante sobre su autora aquí.

¿Cuál fue la reacción del público?

Nueve millones de espectadores franceses fueron a ver esta película, realizada e interpretada por unos completos desconocidos, a excepción del actor Alain Cuny (que interpreta a Mario). En total, unos 300 millones de espectadores en todo el mundo la han visto, hasta la fecha. La película permaneció en cartel once años en la famosa sala de cine Triomphe, en los Campos Elíseos. En la época, Emmanuelle tuvo un papel fundamental en la expresión de la libertad sexual. Sin embargo, diez años después, a mitad de los años ochenta, ya era caduca, sobre todo en cuanto a la imagen que representa de la mujer.

Conclusión

La verdad es que la película no es para tanto. El guion es bastante escaso (algunos dijeron que cabía en un trozo de papel de váter), pero la película tiene unas cualidades estéticas no desdeñables. ¡Ah! Y contribuyó a poner de moda los incómodos sillones de mimbre y los viajes al lejano oriente…

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