Relatos eróticos

Orígenes del Hentai: Monstruos tentaculares y erotismo grotesco

Investigadores del Hentai como, por ejemplo, la historiadora de arte y periodista especializada en arte contemporáneo japonés, Majella Munro, consideran que su germen es el Shunga o Imágenes de primavera (eufemismo para el acto sexual), impresiones eróticas de la escuela Ukiyo-e o Pinturas del mundo del placer o flotante, que surgieron en el período Edo (1600-1868). Como vimos en el artículo sobre el arte erótico japonés, las xilografías Shunga representan de una manera muy gráfica relaciones sexuales de todo tipo (tríos, orgías, masturbación, voyeurismo, pederastia, sexo anal) entre personajes reales (actores de kabuki, samuráis, monjes, pescadores, chōnin, cortesanas) e imaginarios (deidades, monstruos, animales mitológicos) con una fuerte carga sexual, reforzada por símbolos eróticos (ostras, hongos, flores) y, en ocasiones, caligrafías que explican la escena o revelan el diálogo entre los amantes; unas características que se mantendrían en el manga y anime Hentai que surgiría posteriormente.

Aunque grandes artistas de la escuela Ukiyo-e se sumaron a esta corriente pictórica (con su nombre real o desde el anonimato), dos maestros destacaron por las características de sus xilografías Shunga y su influencia en el arte erótico japonés: Katsushika Hokusai y Tsukioka Yoshitoshi.

Sigue leyendo…

Relatos eróticos

Orígenes del Hentai

Shunga y Shokushu goukan

Katsushika Hokusai (1760-1849) no solo fue el principal artista de la escuela Ukiyo-e (al que debemos la xilografía más representativa de esta corriente pictórica, Kanagawa oki nami ura o La gran ola de Kanagawa), sino también el creador de Tako to ama (Los pulpos y la Ama o El sueño de la esposa del pescador), una xilografía Shunga realizada en 1814, que se convirtió en la representación más significativa de la fantasía del sexo con tentáculos de La leyenda de Taishokan.

Majella Munro afirma en Understanding Shunga: A Guide to Japanese Erotic Art, que tanto el Shunga como el Hentai estuvieron sometidos a una estricta censura por parte del gobierno japonés, que prohibía la representación del acto sexual con genitales masculinos. Para sortear este obstáculo, algunos artistas los sustituyeron por tentáculos, dando origen con el tiempo a uno de los subgéneros más conocidos de la pornografía animada japonesa actual: el Shokushu goukan (sexo con tentáculos o violación con tentáculos).

Si a Katsushika Hokusai se le reconoce como el artista que popularizó el sexo con pulpos, Toshio Maeda (1953) recibió el apodo de «maestro de tentáculos» del manga y el anime gracias a Urotsukidōji (1986) un manga que si bien no tenía ninguna escena sexual sirvió de inspiración a Hideki Takayama, director de un OVA (animes producidos para su exclusivo visionado en VHS) del mismo título que sí mostraba escenas violentas y muy gráficas en las que las protagonistas femeninas eran acariciadas, lamidas, chupadas y penetradas por tentáculos, lenguas bífidas y todo tipo de miembros corporales monstruosos. Tras el rotundo éxito del anime, tanto Maeda como Takayama siguieron representando escenas de sexo con tentáculos en obras como Yôjû Kyôshitsu Gakuen (1989) o La Blue Girl (1989-1992), que influyeron profundamente en artistas posteriores.

Aunque Maeda afirmara en una entrevista que creó criaturas con tentáculos como un truco imaginativo y original para sortear la censura en Japón, ya que podría decir «Esto no es un pene. Esto es solo una parte de la criatura. Las criaturas no tienen un género. Una criatura es una criatura. Así que no es obsceno, no es ilegal», es indudable que las fantasías con monstruos existentes en la cultura popular japonesa desde el periodo Edo y el subgénero pictórico Muzan-e tuvieron que influirle. De hecho, si bien algunos admiradores consideran que su obra Urotsukidōji es la base del género erótico grotesco del anime japonés, Ero guro nonsensu, es de justicia recordar a uno de los artistas Ukiyo-e en cuya obra se hunden las raíces de este perturbador género del Hentai: Tsukioka Yoshitoshi.

Muzan-e y Ero guro nonsensu

Tsukioka Yoshitoshi (1839-1892), último artista de la corriente pictórica Ukiyo-e, destacó notablemente en uno de sus subgéneros, el Muzan-e, cuyo significado, «Imagen miserable» (otras fuentes lo traducen como «Huellas sangrientas»), refleja a la perfección su naturaleza despiadada y atroz. A diferencia del Ukiyo-e (que plasmaba escenas poéticas, etéreas y delicadas), el Muzan-e mostraba torturas, desmembramientos y asesinatos, con detalles extremadamente gráficos, que alcanzaron su culmen con las obras de Tsukioka Yoshitoshi; en especial, Eimei nijūhasshūku o Veintiocho asesinatos famosos con verso (1867) y su ilustración Adachigahara hitotsuya no zu o La casa solitaria en Adachi Moor (1885), en la que representa a una embarazada que cuelga bocabajo, atada y semidesnuda, mientras una bruja caníbal afila un cuchillo y aviva un fuego.

La composición de esta última xilografía (fiel al estilo Ukiyo-e) y su inquietante belleza (a pesar del horror que muestra) influyeron profundamente en artistas posteriores hasta el punto de considerarla el germen de uno de los subgéneros más perturbadores del Hentai: Ero guro nonsensu o Ero guro.

Montserrat Álvarez explica, en su magnífico artículo sobre esta corriente artística, que «En el nombre ero-guro-nansensu –que es un término wasei-eigo, es decir, una adaptación a la fonética japonesa de palabras extranjeras; en este caso, erotic (de ahí «ero»), grotesque (de ahí «guro») y nonsense (de ahí «nansensu»)– hay tres elementos. Lo erótico, ero-, donde caben todos los fetichismos, los travestismos, los juegos, las promiscuidades, las parafilias: todas, en suma, las hentai seiyoku («desviaciones»). Lo grotesco, -guro-, que no es lo que llamamos hoy gore, sino que lo incluye, con todo lo relativo a la deformidad física y a lo sanguinario, pero que, además de lo grotesco físico, es también la enfermedad mental, el desorden de la emoción y los instintos, los trastornos del espíritu. Y, finalmente, lo absurdo, -nansensu, es el nonsense, el sinsentido, pero también lo ridículo, y también lo sobrenatural».

Primera etapa del Ero guro nansensu o Ero guro

El Ero guro nansensu o Ero guro, entendido como la fusión de lo erótico, lo terrorífico, lo grotesco y lo que no tiene sentido, surgió en la primera década de la era Shōwa (1926-1989), como un movimiento cultural underground que se rebelaba contra el totalitarismo, la represión y la censura, en una sociedad en plena decadencia que se recuperaba de las heridas de la Primera Guerra Mundial. En palabras de Niina Doherty, «Ero guro nansensu nació en los años de entreguerras en Japón, desafiando las leyes de censura y la moralidad general al abrazar todo lo que era perverso, corrupto, grotesco y, por supuesto, erótico, mezclando estos elementos en una combinación única de tonterías horriblemente intrigantes. La rápida modernización, el cambio del clima social y el ascenso del fascismo contribuyeron al nacimiento del Ero guro. No solo ofreció escapismo del clima político actual, sino que también funcionó como una forma de resistencia contra las ideas de moralidad aceptable respaldadas por el Estado».

Como vimos en el artículo sobre el origen etimológico del término «Hentai», este movimiento cultural de «celebración de todas las cosas extrañas», se popularizó gracias a las Kasutori Magazines (revistas Kasutori o revistas Pulp japonesas), impresas en papel de pulpa de mala calidad, que contenían una extraña mezcolanza de relatos de diversos géneros (ciencia ficción, terror, crimen, erotismo…) e ilustraciones en las que se combinaban lo erótico (y sexualmente explícito en muchas ocasiones) con lo extraño, grotesco, perverso y violento.

A pesar de su éxito, la primera etapa de esta corriente artística solo duró diez años (1920 a 1930) debido en gran parte a la férrea censura y a los cambios políticos y sociales que se vivieron durante la Segunda Guerra Mundial y el periodo de ocupación de tropas extranjeras tras la derrota japonesa.

La segunda ola del Ero guro nansensu o Ero guro

La segunda ola del Ero guro nansensu o Ero guro llegó en la década de 1970, gracias a la labor de revistas que apostaron por creadores que exploraban este movimiento artístico desde otras perspectivas. Una de las revistas más relevantes fue Garo (fundada en 1964 por Katsuichi Nagai), que publicó ilustraciones de géneros diversos como gekiga, arte abstracto, surrealismo, cultura punk y, claro está, ero guro, de artistas como Suehiro Maruo (1956), cuyas ilustraciones (a las que el autor define como Muzan-e contemporáneo) representan el sexo y la violencia de forma gráfica o Toshio Saeki.

Toshio Saeki (1945-2019) es el artista más relevante de esta segunda ola del Ero guro. Sus dibujos muestran actos de violencia radical, enfermedades físicas, mutilaciones y shibari extremo, así como relaciones eróticas y sexuales entre personas, plantas, animales y criaturas mitológicas, que no son aptas para estómagos delicados. Pero lo que ha convertido a Toshio Saeki en «el padrino de la erótica japonesa» no es tanto lo que representa, sino cómo lo representa: utilizando un método original denominado «impresión chinto» (que al ser similar al Ukiyo-e, dota a su obra de cierta belleza estética), y gruesas pinceladas de un sentido del humor «desenfadado, travieso, grotesco y oscuramente cómico», que aporta ligereza a las imágenes grotescas, violentas y depravadas, hasta el punto de que parezcan, de alguna manera, «juguetonas».

Fuentes:
Mark McLelland, A Short History of Hentai.
Mark McLelland, Sex and Censorship During the Occupation of Japan, The Asia-Pacific Journal, Vol 10, Issue 37, No. 6, September 10, 2012
Reports from Captain Japan. Entrevista a Toshido Maeda. Sake-Drenched Postcards.
Montserrat Álvarez. Eroguro, el erotismo monstruoso en la cultura popular japonesa. Suplemento Cultural de ABC Color.
Niina Doherty. Sex, Depravaty and Absolute Madness: The Bizarre World of Ero Guro Nansensu. Diabolique Magazine.
Sitio web oficial de Toshio Saeki

Oferta de primavera: 40% de DTO. + JUGUETE GRATIS

X